domingo, 9 de octubre de 2011

Ben Hur , la novela (VI) Se cruzan apuestas muy elevadas...

Libro V,  Capítulo XI  El enviado de Malluch cruza apuestas con los romanos


Un detalle había aquella noche en Antioquia que no podia pasar inadvertido al observador. No habia persona que no llevase los colores de una de las cuádrigas anunciadas para las carreras del siguiente dia. Ya fuera una cinta, un distintivo , un pañuelo o una pluma, que daban a entender la preferencia y tambien a veces la nacionalidad de quien los llevaba.

Así, el verde indicaba a los amigos de Cleante el Anteniense, y el negro a los del Bizantino: costumbre antiquísima que databa probablemente desde las primeras carreras en tiempos de Orestes, y útil tema de estudio para el que se proponga indagar hasta qué punto de locura pueden dejarse arrastrar los hombres.
Un examen superficial hubiera demostrado que los colores predominantes eras tres: oro y purpura mezclados, blanco y verde.

Más abandonemos la via, y dirijámonos al palacio situado en la isla, y en concreto a una de sus salas.


Allí algunos jóvenes nobles romanos se entregan a los placeres, algunos dormitan en los sofas, otros juegan a los dados..pero a decir verdad los patricios romanos se aburren terriblemente. El trabajo pesado del dia ha terminado, lo que equivale a decir que si pudiesemos dar una hojeada las tablillas de marfil, las veriamos cubiertas de notas y apuestas, apuestas sobre los luchadores, las carreras a pie, el pugilato y sobre todos los actos del programa.. a excepción de las carreras de carros.

¿y por qué no sobre estas? ??? Pues porque no hay un alma que quiera arriesgar un denario contra Messala. En la sala no hay más colores que los suyos, nadie piensa en su derrota.

En un ángulo , tendido cómodamente sobre el diván está el mismo Messala. En torno a él, Druso y otros cortesanos le importunan a preguntas.

[...]

En aquel momento oyóse rumor junto a la puerta y los jovenes se precipitaron hacia ella. Los jugadores abandonaron las bolsas , los adormecidos se despertaron.

-¡Un blanco, un blanco!- Ellos no lo sabían, pero era Samballat, el enviado de Malluch.
Su vestido era tan blanco como el turbante, saludando y sonriendo se dirigió a la mesa central, y al llegar a ella se sentó y levantó la mano.

-Romanos ilustres, yo os saludo. He sabido en la vía que reinaba la desesperación en este palacio porque no se encontraba quien aceptase apuestas contra Messala -y sacó sus tablillas.

Los dioses desean sacrificios, y heme aquí dispuesto. Ved mi color. Pasemos a lo hechos. Primero apuntemos y luego añadiremos las sumas. ¿Qué apostais por Messala?

-Dos contra uno- gritó una vos

-¿Cómo, solo dos contra uno cuando vuestro campeón es romano? )))))

-¡Tres!

- ¿Solo tres? Si mi favorito no es mas que un perro hebreo. ¿Apunto 4 ?

-¡Sea! -  exclamó un joven que no pudo sufrir la burla.

-Cinco, ofrecedme cinco- siguió provocando el enviado.

Un profundo silencio reinó en la asamblea.

-¡Por el honor de Roma, dadme cinco!

El silencio parecia a muchos ultrajante..hasta que Messala exclamó:

-Sean cinco.  g)

Un clamoroso vitor acogió estas palabras. Y Samballat, sonriendo, se dispuso a escribir pero siguió hablando.

-Si César muriese mañana, Roma no quedaría abandonada. Ya hay quien es digno de ocupar su sitio. Dadme seis.

-Sean seis, contestó Messala. La diferencia entre un romano y un hebreo. Y ahora que la has descubietro, ¡oh, protector de la carne de cerdo!, pasemos a la apuesta ¡Pronto, la suma!  eee

Samballat escribió tranquilamente y la presentó sus tablillas a Messala, que la leyó en voz alta:


-"Messala de Roma apuesta con Samballat también de Roma, diciendo que vencerá al hebreo Ben Hur. Apuesta 20 talentos.  :O :O  Diferencia a favor de Samballat en seis contra uno"

Ni una palabra ni un suspiro turbaron el profundo silencio que en la sala reinaba.Nadie se movió.

Messala contemplaba las tablillas mientras los ojos de Samballat se fijaban en él. Aquella mirada le humillaba y se puso a pensar rápidamente. Si se negaba a firmar ahora, ante sus compañeros su superioridad se desvaneceria para siempre , pero él no tenia 100 talentos, ni siquiera 20.  :-j  Sus mejillas palidecieron, y entonces le asaltó una idea.

-Perro judio ¿dónde tienes TU 20 talentos? Muestralos.

-Helos aquí, - repuso presentando una hoja a Messala


"Antioquía, Tamuz , dia 16. El portador , Samballat de Roma, tiene abierto crédito por la suma de 50 talentos , moneda romana. Firmado: Simónides"


-¡¡50 talentos, 50 talentos!! Voficeró la reunión asombrada.Druso dio una patada en el suelo

- ¡Por Hércules, el papel miente! ¿Quién mas que Cesar tiene 50 talentos a la orden? ¡Abajo el blanco insolente!  eee

Y 20 gargantas repitieron aquel furioso aullido. Pero Mesala habló.

- Silencio. Uno contra uno, por amor a nuestro hermoso nombre romano.

Su intervención oportuna salvó su dignidad y le reconquistó la vacilante supremacía.

-¡oh perro circuncidado!- tu dijiste 6 contra 1 ¿verdad?

-Si,- repuso tranquilamente el hebreo.

-Entonces déjame escoger la apuesta: 5 Talentos

-¿Tanto posees?

-Por la Madre de los Dioses, te enseñaré los resguardos

-No, no, me basta la palabra de un romano tan ilustre. Más elijamos una cifra par. ¿Escribo seis talentos? jj) 

-Escribe.

Se trocaron las tablillas, y Samballat se levantó. Con un signo de desdén midió a los ciscunstantes. Sabía perfectamente con quienes trataba.

-Romanos, añado otra apuesta si os atreveis. Yo apuesto 5 talentos contra 5 por la victoria del blanco. ¡¡Os desafío colectivamente!!

Todos se asombraron de nuevo..

-¿Se habrá de decir mañana en el Circo que un perro de Israel ha penetrado en una sala llena de patricios romanos y entre estos un pariente de César, ofreciendoles 5 talentos a la par y no han tenido el valor de aceptar? ))))

La ofensa era terrible


-¡ Calla insolente!- Dijo Druso. eee
- Escribe la oferta y déjala encima de la mesa. Mañana, cuando hayamos averiguado que posees verdaderamente tanto dinero, yo, Druso, te prometo que será aceptada.

Samballat escribió nuevamente y le tendió la tablilla.

-Hela aquí. Cuando esté firmada mandamela antes de empezar la carrera, me encontrarás cerca del Consul en la tribuna que hay encima de la Puerta Pomposa. Paz a ti y pas a todos vosotros.


Aquella noche la historia de la apuesta prodigiosa corrió de boca en boca por toda Antioquia. Ben Hur, velando junto a sus 4 caballos la oyó referir y supo además que toda la fortuna de Messala estaba empeñada en ella. Y se durmió sonriendo. :y

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